Aceite de Coco de Cannábis
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Utilizar aceite de coco es una opción bastante efectiva para extraer THC; su alto contenido de grasas saturadas favorecen esa extracción. Es capaz de absorber muchos más cannabinoides que la mantequilla u otros aceites.
Vamos a extraer y concentrar el THC de unos buenos cogollos empleando aceite de coco. Más adelante podremos utilizar ese aceite de coco cannábico para otros fines.
* 500 grs de aceite de coco; el virgen es la mejor alternativa.
* 30 a 90 gramos de marihuana seca (pueden ser más gramos si quieres un producto bastante potente).
* Agua.
* Molinillo de café / equivalente.
* Olla.
* Colador fino de metal.
* Tela de Tul / Tela de Serigrafía (tejido similar a una media).
* Termómetro.
* Cazo
* Cuchara
1º- Muele los cogollos de cannabis de forma bastante fina. Un molino de café sirve perfectamente para hacerlo.
En cualquier caso asegúrate que los cogollos no queden reducidos a polvo. Ésto complicaría en gran medida el proceso de colado final.
2º- En la olla de cocción añade el aceite de coco y suficiente agua como para que el aceite se ponga a flote casi en el borde de la olla. A continuación coloca la olla en el butano o vitrocerámica, y ajusta la temperatura a tope; el aceite de coco debe licuarse por completo.
3º- Empieza a agregar la molienda de cogollos, y revuelve lentamente todo hasta que la mezcla se haya saturado completamente. De ser necesario añade más agua para que el cannabis se mantenga siempre sumergido.
4º- Por medio del termómetro controla la temperatura hasta que alcance los 120º. En ese momento baja al mínimo el aporte de calor y empieza a revolver el conjunto.
Ten en cuenta que el aceite seguirá aumentando su temperatura aunque se reduzca el aporte de calor; le costará mucho enfriarse. Aumentar y reducir el fuego varias veces podría ayudar a lograr una temperatura más precisa.
5º- Cada cierto tiempo revuelve la mezcla y asegurate de que la temperatura se encuentra siempre entre los 120º - 130º. Haz todo lo necesario para que este abanico de temperaturas no se rompa nunca.
La mezcla necesita mantenerse por debajo de 160º para evitar que se queme el ingrediente activo. El agua presente en la olla ayuda a que esto suceda, ya que se evaporaría antes.
6º- Transcurridas de 12 a 18 horas hay que retirar la holla del fuego, y dejarla reposar hasta que baje la temperatura. Coje la tela de tul y colócala encima del colador; doblada de tal forma para que queden dos capas sobre él.
Usa un cazo lo más grande posible para que el líqudo a colar quepa perfectamente. Vierte lentamente la mezcla sobre el colador y deja que se drene a través de la tela de tul.
Si no está demasiado caliente puedes exprimirle el líquido restante con la mano. De lo contrario utiliza una cuchara para hacerlo.
Continúa así hasta que toda la mezcla se haya exprimido y colado. Los residuos vegetales que queden se pueden guardar para ser usados en compresas o cataplasmas tópicas.
7º- Pon el cazo con el líquido ya colado en el frigorífico, y déjalo allí durante toda la noche; el aceite ascendera y se fusionará en la superficie. El agua que fue agregada durante el proceso atrapará todo el material vegetal adicional, así como los carcinógenos (marrones) presentes de la mezcla.
De esta forma el aceite quedará más limpio y puro. Ésto permite una degustación del producto mucho más saludable.
8º- Separa el (verdoso) aceite de coco que se mantiene en la superficie, del agua en el fondo, y desecha el agua. Ahora te queda una porción de “aceite de coco cannábico” listo para usarlo en la receta que prefieras.
Guárdalo en el refrigerador hasta el momento que lo vayas a usar. Antes de utilizarlo en cualquier receta es recomendable (para preservar en óptimo estado los cannabinoides) sacarlo de la nevera un par de horas (la parte que vayas a usar) antes para que se ponga a temperatura ambiente por si sólo.
El aceite de coco es un gran substituto de la mantequilla para hornear y puede reemplazarla en muchas recetas. De igual forma la mantequilla puede suplir y sustituir al aceite de coco.
Sólo recuerda que la mantequilla tiene menos grasas saturadas y no puede absorber tanto THC como el aceite de coco. Algunas personas optan por agregarlo a una bebida caliente como forma rápida y fácil de consumirlo.
Para un sabor menos acentuado a hierba puedes remojar los capullos toda la noche en agua y sécarlos antes de molerlos. De esta forma se elimina gran parte de la clorofila responsable del sabor fuerte.
También te puede interesar: Pastel de Marihuana.
Vamos a extraer y concentrar el THC de unos buenos cogollos empleando aceite de coco. Más adelante podremos utilizar ese aceite de coco cannábico para otros fines.
Ingredientes
* 500 grs de aceite de coco; el virgen es la mejor alternativa.
* 30 a 90 gramos de marihuana seca (pueden ser más gramos si quieres un producto bastante potente).
* Agua.
Material Necesario
* Molinillo de café / equivalente.
* Olla.
* Colador fino de metal.
* Tela de Tul / Tela de Serigrafía (tejido similar a una media).
* Termómetro.
* Cazo
* Cuchara
Proceso de Elaboración
1º- Muele los cogollos de cannabis de forma bastante fina. Un molino de café sirve perfectamente para hacerlo.
En cualquier caso asegúrate que los cogollos no queden reducidos a polvo. Ésto complicaría en gran medida el proceso de colado final.
2º- En la olla de cocción añade el aceite de coco y suficiente agua como para que el aceite se ponga a flote casi en el borde de la olla. A continuación coloca la olla en el butano o vitrocerámica, y ajusta la temperatura a tope; el aceite de coco debe licuarse por completo.
3º- Empieza a agregar la molienda de cogollos, y revuelve lentamente todo hasta que la mezcla se haya saturado completamente. De ser necesario añade más agua para que el cannabis se mantenga siempre sumergido.
4º- Por medio del termómetro controla la temperatura hasta que alcance los 120º. En ese momento baja al mínimo el aporte de calor y empieza a revolver el conjunto.
Ten en cuenta que el aceite seguirá aumentando su temperatura aunque se reduzca el aporte de calor; le costará mucho enfriarse. Aumentar y reducir el fuego varias veces podría ayudar a lograr una temperatura más precisa.
5º- Cada cierto tiempo revuelve la mezcla y asegurate de que la temperatura se encuentra siempre entre los 120º - 130º. Haz todo lo necesario para que este abanico de temperaturas no se rompa nunca.
La mezcla necesita mantenerse por debajo de 160º para evitar que se queme el ingrediente activo. El agua presente en la olla ayuda a que esto suceda, ya que se evaporaría antes.
6º- Transcurridas de 12 a 18 horas hay que retirar la holla del fuego, y dejarla reposar hasta que baje la temperatura. Coje la tela de tul y colócala encima del colador; doblada de tal forma para que queden dos capas sobre él.
Usa un cazo lo más grande posible para que el líqudo a colar quepa perfectamente. Vierte lentamente la mezcla sobre el colador y deja que se drene a través de la tela de tul.
Si no está demasiado caliente puedes exprimirle el líquido restante con la mano. De lo contrario utiliza una cuchara para hacerlo.
Continúa así hasta que toda la mezcla se haya exprimido y colado. Los residuos vegetales que queden se pueden guardar para ser usados en compresas o cataplasmas tópicas.
7º- Pon el cazo con el líquido ya colado en el frigorífico, y déjalo allí durante toda la noche; el aceite ascendera y se fusionará en la superficie. El agua que fue agregada durante el proceso atrapará todo el material vegetal adicional, así como los carcinógenos (marrones) presentes de la mezcla.
De esta forma el aceite quedará más limpio y puro. Ésto permite una degustación del producto mucho más saludable.
8º- Separa el (verdoso) aceite de coco que se mantiene en la superficie, del agua en el fondo, y desecha el agua. Ahora te queda una porción de “aceite de coco cannábico” listo para usarlo en la receta que prefieras.
A Tener en Cuenta
Guárdalo en el refrigerador hasta el momento que lo vayas a usar. Antes de utilizarlo en cualquier receta es recomendable (para preservar en óptimo estado los cannabinoides) sacarlo de la nevera un par de horas (la parte que vayas a usar) antes para que se ponga a temperatura ambiente por si sólo.
El aceite de coco es un gran substituto de la mantequilla para hornear y puede reemplazarla en muchas recetas. De igual forma la mantequilla puede suplir y sustituir al aceite de coco.
Sólo recuerda que la mantequilla tiene menos grasas saturadas y no puede absorber tanto THC como el aceite de coco. Algunas personas optan por agregarlo a una bebida caliente como forma rápida y fácil de consumirlo.
Para un sabor menos acentuado a hierba puedes remojar los capullos toda la noche en agua y sécarlos antes de molerlos. De esta forma se elimina gran parte de la clorofila responsable del sabor fuerte.
También te puede interesar: Pastel de Marihuana.