Como Plantar Tabaco
5
(1 votos)
Se conoce como tabaco a varias plantas de la familia de las solanáceas que son cultivadas por sus hojas. Hojas que después de secadas y curadas se fuman, vaporizan, mascan o esnifan (rapé).
Todas esas plantas pertenecen al género de las Nicotianas. La especie más cultivada es la Nicotiana Tabacum, que también conocida como Tabaco Mayor.
Esta planta crece de 1 a 3 metros de altura, produciendo abundantes hojas. El principal conponente activo presente en las hojas es un alcaloide, la nicotina.
También son ricas en variados ácidos orgánicos, flavonoides, encimas, y aceite esencial. Esta planta importada de américa, se cultiva actualmente por todo el mundo.
Antes de ponernos manos a la obra con la siembra es necesario conocer los requerimientos de la semilla para germinar. La temperatura óptima para la germinación se encuentra en un abanico entre los 18º y los 23º; surgiendo los cotiledones entre los 7 y los 12 días.
Las semillas de tabaco necesitan de una presencia continua de humedad, de tal forma que el prolongado aporte de agua no derive en una carencia de oxígeno. El encharcamiento de las semillas puede dar lugar al ahogamiento de las mismas.
Bandejas Flotantes caseras
Ahora que ya sabemos que un ambiente cálido y húmedo son el mejor caldo de cultivo para obtener plántutas de tabaco, pondremos en práctica (de la mejor forma) la teoría. Partiendo de un sustrato suelto y nutritivo como puede ser la turba; depositaremos algunas semillas de nicotiana tabacum sobre la superficie.
Nunca bajo ningún concepto cubriremos con sustrato alguno las semillas. La mejor forma con la que aportar humedad al semillero es con la técnica conocida como bandeja flotante.
No es más que un contenedor normalmente de polietileno expandido (el típico corcho de embalaje) relleno de turba y sumergido en agua. El peso del sustrato empapado se ve contrarestado por el empuje de flotabilidad que ejerce el polietileno expandido, de tal forma que se logra un equilibrio perfecto que posibilita el que el aporte de agua sea el justo.
Este sistema es muy útil, a la vez que simple y barato. Utilizando bandejas flotantes, y teniendo cuidado de que el agua no se agote o evapore, se puede lograr obtener plántulas de tabaco sin tener que asignarlas mucho tiempo ni esfuerzo.
Cada cierto tiempo es recomendable renovar el agua. Una vez germinadas las semillas y pasada una semana es posible añadir fertilizante líquido al agua.
El semillero ha de estar colocado en un lugar con mucha luz, pero sin que el sol incida con demasiada fuerza; al menos hasta que se desarrollen las primeras hojas verdaderas.
En función de mayor o menor densidad de plántulas existentes será neceario realizar un aclarado preventivo. Salvo que sólo añadiésemos unas pocas semillas al sustrato, siempre habrá que eliminar algunas.
Pasadas unas semanas y una vez las plántulas se hayan desarrollado llegará en momento del trasplante. Dependiendo de lo habilidosos que seamos, de la celeridad con que crezcan las plántulas, y de los gustos de cada cual, pasarán más menos semanas a contar desde la germinación. Normalmente ésto suele hacerse entre las 3 y las 8 semanas de vida.
Pudiendo trasplantar las plántulas a una maceta o directamente a tierra madre. También es posible realizar 2 trasplantes (1 de ellos intermedio) antes de acomodar definitivamente la planta de tabaco.
En cualquier caso hay que saber que todo trasplante va acarreado de un shock para la planta, y éste hará que el proceso de crecimiento del tabaco se ralentice. No es obligatorio que el medio definitivo de cultivo sea el suelo; mucha gente cultiva tabaco en macetas.
Una vez que tenemos nuestras plantas de tabaco en el sustrato de cultivo definitivo, y las plantas adaptado bien, no deberíamos de tener problemas para llegar con éxito a la cosecha. Las plantas requirirán de contínuos riegos, pero es situaciones con recurrentes precipitaciones es más probable que surjan plagas y enfermedades.
Los riegos además de contínuos y generosos hay que realizarlos de tal forma que el terreno nunca se encharque, de lo contrario arruinaremos nuestro cultivo. Otro aspecto a tener en cuenta es que el tabaco necesita de sustrato con abundante presencia de materia orgánica y fertilizantes.
Si a nuestra planta no la faltan calor, sol, agua y abono; crecerá de forma rápida y exponencial. Simplemente hay que darle tiempo a la planta, que dependiendo de la variedad tardará más o menos en desarrollarse totalmente.
Si vamos a recolectar las hojas en el momento que veamos asomar la flor, habrá que cortar la guía; de no hacerlo la planta gastaría toda su energía en producir semilla, y esto restaría mucha calidad a las hojas. Una vez las hojas empiecen a mostrar tonalidades amarillas será sinónimo de que están maduras y por lo tanto listas para cortarlas.
Ya hemos logrado el objetivo de cultivar tabaco en casa. Es una experiencia agradable y gratificante, al tiempo que conseguimos tabaco natural y de calidad.
También te puede interesar: Salvia Divinorum
Todas esas plantas pertenecen al género de las Nicotianas. La especie más cultivada es la Nicotiana Tabacum, que también conocida como Tabaco Mayor.
Esta planta crece de 1 a 3 metros de altura, produciendo abundantes hojas. El principal conponente activo presente en las hojas es un alcaloide, la nicotina.
También son ricas en variados ácidos orgánicos, flavonoides, encimas, y aceite esencial. Esta planta importada de américa, se cultiva actualmente por todo el mundo.
Como sembrar el tabaco
Antes de ponernos manos a la obra con la siembra es necesario conocer los requerimientos de la semilla para germinar. La temperatura óptima para la germinación se encuentra en un abanico entre los 18º y los 23º; surgiendo los cotiledones entre los 7 y los 12 días.
Las semillas de tabaco necesitan de una presencia continua de humedad, de tal forma que el prolongado aporte de agua no derive en una carencia de oxígeno. El encharcamiento de las semillas puede dar lugar al ahogamiento de las mismas.
Bandejas Flotantes caseras
Ahora que ya sabemos que un ambiente cálido y húmedo son el mejor caldo de cultivo para obtener plántutas de tabaco, pondremos en práctica (de la mejor forma) la teoría. Partiendo de un sustrato suelto y nutritivo como puede ser la turba; depositaremos algunas semillas de nicotiana tabacum sobre la superficie.
Nunca bajo ningún concepto cubriremos con sustrato alguno las semillas. La mejor forma con la que aportar humedad al semillero es con la técnica conocida como bandeja flotante.
No es más que un contenedor normalmente de polietileno expandido (el típico corcho de embalaje) relleno de turba y sumergido en agua. El peso del sustrato empapado se ve contrarestado por el empuje de flotabilidad que ejerce el polietileno expandido, de tal forma que se logra un equilibrio perfecto que posibilita el que el aporte de agua sea el justo.
Este sistema es muy útil, a la vez que simple y barato. Utilizando bandejas flotantes, y teniendo cuidado de que el agua no se agote o evapore, se puede lograr obtener plántulas de tabaco sin tener que asignarlas mucho tiempo ni esfuerzo.
Cada cierto tiempo es recomendable renovar el agua. Una vez germinadas las semillas y pasada una semana es posible añadir fertilizante líquido al agua.
El semillero ha de estar colocado en un lugar con mucha luz, pero sin que el sol incida con demasiada fuerza; al menos hasta que se desarrollen las primeras hojas verdaderas.
En función de mayor o menor densidad de plántulas existentes será neceario realizar un aclarado preventivo. Salvo que sólo añadiésemos unas pocas semillas al sustrato, siempre habrá que eliminar algunas.
El trasplante del tabaco
Pasadas unas semanas y una vez las plántulas se hayan desarrollado llegará en momento del trasplante. Dependiendo de lo habilidosos que seamos, de la celeridad con que crezcan las plántulas, y de los gustos de cada cual, pasarán más menos semanas a contar desde la germinación. Normalmente ésto suele hacerse entre las 3 y las 8 semanas de vida.
Pudiendo trasplantar las plántulas a una maceta o directamente a tierra madre. También es posible realizar 2 trasplantes (1 de ellos intermedio) antes de acomodar definitivamente la planta de tabaco.
En cualquier caso hay que saber que todo trasplante va acarreado de un shock para la planta, y éste hará que el proceso de crecimiento del tabaco se ralentice. No es obligatorio que el medio definitivo de cultivo sea el suelo; mucha gente cultiva tabaco en macetas.
El crecimiento del tabaco
Una vez que tenemos nuestras plantas de tabaco en el sustrato de cultivo definitivo, y las plantas adaptado bien, no deberíamos de tener problemas para llegar con éxito a la cosecha. Las plantas requirirán de contínuos riegos, pero es situaciones con recurrentes precipitaciones es más probable que surjan plagas y enfermedades.
Los riegos además de contínuos y generosos hay que realizarlos de tal forma que el terreno nunca se encharque, de lo contrario arruinaremos nuestro cultivo. Otro aspecto a tener en cuenta es que el tabaco necesita de sustrato con abundante presencia de materia orgánica y fertilizantes.
Si a nuestra planta no la faltan calor, sol, agua y abono; crecerá de forma rápida y exponencial. Simplemente hay que darle tiempo a la planta, que dependiendo de la variedad tardará más o menos en desarrollarse totalmente.
Si vamos a recolectar las hojas en el momento que veamos asomar la flor, habrá que cortar la guía; de no hacerlo la planta gastaría toda su energía en producir semilla, y esto restaría mucha calidad a las hojas. Una vez las hojas empiecen a mostrar tonalidades amarillas será sinónimo de que están maduras y por lo tanto listas para cortarlas.
Ya hemos logrado el objetivo de cultivar tabaco en casa. Es una experiencia agradable y gratificante, al tiempo que conseguimos tabaco natural y de calidad.
También te puede interesar: Salvia Divinorum