Como hacer plantas madre de Marihuana

Arcuma Cuidado de madres 31 Aug 2014 2 Comentarios 13 min
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Una de las cosas que más me costó entender cuando empecé a cultivar marihuana fue este punto, siempre puse mis energías en la floración y en comprar semillas, ahora entiendo la importancia de preservar algunas genéticas y de que una planta tenga un crecimiento correcto. Me ha costado años y con esté artículo espero fomentar en vosotros las ganas de coleccionar variedades y mejorar vuestras floraciones a partir de un correcto crecimiento.

Cada semilla es un individuo irrepetible, aunque compremos varios paquetes de semillas del mismo banco y estas tengan un buen trabajo de estabilización detrás, es inevitable que siempre se muestren varios fenotipos. Por el contrario un esqueje es una réplica exacta de la planta que ha sido cortado y por tanto el único modo de preservar unas cualidades concretas.

Los bancos con el tiempo, bien por mejoras , perdidas de parentales originales, cambios de criador…van modificando sus líneas, no siempre con mejor fortuna que en el anterior trabajo. Por eso es habitual escuchar el prefijo “old” en algunos clones, cuando se hace referencia a la primera línea que salió al mercado. Haciendo referencia a la línea “vieja”.

También tenemos los llamados “clon élite”, no soy muy amigo de esta descripción, pero no se me ocurre una mejor, estos suelen ser selecciones a partir de un número elevado de individuos, donde claramente han sido los que más han destacado, por una o varias cualidades, nivel de resina, potencia, vigor, propiedades organolépticas. Normalmente esta selección debería ser lo más representativa posible del resultado que buscaba el criador. Ni decir tiene que esto lleva un gran esfuerzo por parte del cultivador y una importante inversión.

Mantenimiento de madres:

Mantener madres es algo sencillo y que requiere de pocos cuidados en contra de lo que se pueda pensar. Para el apartado de iluminación, en mi caso he optado por utilizar tubos fluorescente y leds, estos están montados en una estantería prefabricada de las típicas que venden en los tiendas de bricolaje, una opción económica tanto por el mueble como por el consumo eléctrico que tendremos.


Cada variedad está en un contenedor de un litro, siempre que puedo utilizo sustrato pre-abonado, con esto gano tiempo frente las acumulaciones de sales que van produciendo los riegos con fertilizante. Solo tenemos que ir regando con agua y como ya hemos comentado en los anteriores artículos, revisando el ph y no olvidarnos de utilizar las encimas periódicamente. Un buen valor de ph para las madres es seis punto dos. Respecto a la ec que sea inferior a uno.


En cada balda de la estantería entran diez madres, las que quiero mantener con el crecimiento más retenido están con los leds, que solo utilizan un vatio por cada ejemplar, las que quiero esquejar en breves pasan a la balda de fluos conde reciben un vatio y medio, suficiente para poder obtener unos cuantos clones de cada una.


Si quiero hacer un SOG y necesito un número más elevado, por ejemplo treinta, lo que hago es pasarla a una maceta de siete litros y lo pongo bajo los halogenuros metálicos con un par de semanas de antelación y ya tenemos nuestro suministro listo.



También podemos optar por tener madres en sistemas hidropónicos, yo no los utilizo precisamente por su efectividad, las madres crecen demasiado y necesitan más espacio. Pero para una demanda alta son óptimos, creando sistemas radiculares y madres espectaculares.


La temperatura también puede ser nuestra aliada, cuando queremos guardar genéticas durante un tiempo prolongado, más cerca de la suspensión que de generar clones, una temperatura baja es muy útil. Otra gran ventaja es que las plagas, por lo menos las que más nos suelen preocupar a los cultivadores de interior, mosca de suelo, araña roja, trips… ven muy ralentizado su ciclo vital. Con lo que su proliferación es mucho más controlable.

Los fotoperiodos:

El ciclo habitual para el estado vegetativo en los interiores es de dieciocho horas encendido y seis apagadas, ahora bien, a partir de este punto podemos acelerar las cosas dando más horas de luz, utilizando un fotoperiodo de veinte horas encendido, o incluso veinte cuatro horas.


Yo he tenido varios años la luz constante y no he observado ningún problema. Una de las ventaja es que conseguimos un clima más estable al no variar la temperatura por el encendido y apagado de la lámpara. También es útil para evitar que algunas plantas rebeldes entren en floración en crecimiento. El mayor inconveniente es la factura de la luz, que por si no fuera suficiente con lo que ya cobran, tendremos un extra. Mi fotoperiodo favorito es el de veinte horas encendido es eficiente y pueden descansar.



Una buena opción para los cultivadores de interior es contratar la tarifa de discriminación horaria, el cambio de contrato cuesta diez euros aproximadamente, nos instalan un contador que tarifica en dos precios la tarifa valle que es de catorce horas y en la que pasaremos a pagar la mitad de lo habitual, las otras diez horas pagaremos un doce por ciento más, pero si tenemos un cultivo de floración y uno de crecimiento independientes nos sale a cuenta.

A mayor cultivo más interesante el cambio y mayor ahorro, ya que emplazamos toda la floración a ese horario y nos sobran dos horas. Para el crecimiento un buen método es utilizar lo habitual en las catorce horas valle y las cuatro horas con recargo dejar leds o fluos para que mantengan el fotoperiodo.

Tipos de poda:

Podemos practicar mucho tipos de poda, lo primero que tenemos que intentar que comprender es que hay dos prioridades, una dejar la planta madre lo más baja posible y la segunda conseguir el mayor número de tallos posibles, por lo que iremos forzando la apertura de ramas, podando una y otra vez las yemas, forzando que las partes inferiores se abran y reciban luz por todo.

Podemos hacer unas pequeñas perforaciones en los tiestos y atar las ramas con cuerda, para forzar que ramifique, como se hace con algunos tipos de bonsáis, es especialmente útil en plantas que son de estructura columnar por naturaleza.

También podemos croppear las ramas, que básicamente consiste en partir parcialmente las ramas para poder conducirlas y forzar que se levanten las ramas inferiores. Donde creamos el daño se forma un codo en respuesta, dejando la estructura en esa posición.



Mi “truco” es partir de cuatro o más clones simultáneos en la madre, así es como si ya partiéramos de una planta con cuatro brazos principales, con el primer corte de yema ya tendremos ocho, luego dieciséis y así sucesivamente. Lo que debemos intentar es que sean lo más uniformes posibles cuando los trasplantemos, para que no se solapen unos a otros.

A mi me gusta cada año sacar un nuevo clon y convertirlo en madre, floreciendo la anterior. Así vuelvo a partir en tierra nueva, con vigor recuperado. Otra opción es sacar el cepellón con la tierra y podar las raíces, con un cuchillo grande quitar una porción de cada lado y rellenar con tierra nueva. En unas semanas volveremos a recuperar el verdor.



Dos buenos aliados son las micorrizas que debemos mezclar con el sustrato para que colonicen el medio y las encimas que añadiremos periódicamente en los riegos. Estos dos pasos son especialmente importantes en el tema de las madres, donde la acumulación de sales a largo plazo es inevitable.

Los esquejes:

Una de las dudas que en seguida me surgió, que pasa si saco un clon de un clon y así sucesivamente, he leído lo que he podido sobre el tema pero no hay consenso ni hay estudios a largo plazos concretos de nuestra planta amiga, así que desde mi humilde experiencia no creo que nadie pueda asegurar que en cincuenta años por ejemplo la planta será exacta aunque se mantenga de modo perfecto, pero tampoco se puede decir lo contrario.

Algunas de las madres que guardo tienen quince años o mas, y parecen mantener sus cualidades, o por lo menos los que las seleccionaron en su momento eso opinan. Yo no he observado deriva genética por el momento, por lo menos en individuos de semillas regulares y que no hayan sufrido revegetaciones.

El coste eléctrico de mantener diez madres al mes, no supera los cinco euros, si utilizamos iluminación de bajo consumo. Lo que obtenemos a cambio es de gran valor, en primer lugar no tendremos que acudir al mercado negro para nuestro suministro, ahorrando dinero y disgustos, porque son muchas la veces que se da gato por liebre, y nos encontramos con variedades mal seleccionadas, con problemas de hermafroditas, sativas por índicas o al revés…es un mundo en el que a veces la ética brilla por su ausencia. Y para un cultivador avezado es solo un mal tramite, pero para alguien que empieza puede ser suficiente frustración para no continuar.

Hacer treinta esquejes lleva aproximadamente una hora, un poco de hormona de enraizamiento y diez días de espera, valorad vosotros si vale la pena jugársela y gastar lo que suelen pedir.



Podemos hacer lo clones en muchos sistemas, lana, jiffys, hidro, aero…Vamos a explicar a grandes rasgos las diferencias. Los sistemas como el jiffy o la tierra, son lo más habituales, son prácticos y no tienen misterio. Cortamos los clones de una madre sana y bien hidratada, intentamos dejar un par de nudos inferiores para potenciar la salida de raíces y cortamos las puntas de las hojas para evitar la deshidratación.

El corte formando un ángulo de cuarenta y cinco grados, da una mayor superficie de enraizado. Los pinchamos en el medio seleccionado e introducimos en la incubadora con la temperatura aproximadamente sobre los veinticinco grados. Podemos pulverizar puntualmente con alimento y hormonas para ayudar hasta la aparición de las raíces, el proceso suele durar entre diez y quince días, si tardamos mas las plantas se empezarán a pudrir por la elevada humedad.

Tampoco es buena idea sacarlos en seguida que veamos una raíz, debemos esperar a que tenga un buen sistema para alimentarse y encajar de forma correcta el trasplante. Cuando hacemos muchos clones de diferentes madres en una bandeja con jiffys hay un modo de marcarlos sin problemas, cuando están todavía prensados cogemos un rotulador permanente y ponemos las iniciales y número de madre en el dorso, luego los sumergimos de la forma habitual y ya tenemos una marca legible. Si los hacemos en vasitos o similares es muy buena idea etiquetar cada uno con una anilla, o podemos encontrarnos un caos de genéticas sin identificar ante cualquier percance.



En el caso de los sistemas de agua, “sin suelo”, los cuales trabajan por aspersión, pulverización, película nutriente…hay que modificar algunos parámetros, el más importante el ph, cuando trabajamos en sistemas hidropónicos hay que bajar entre medio punto y un entero aproximadamente en comparación al que utilizamos en tierra. De este modo estabilizaremos la solución nutriente en cinco punto ocho para enraízar.

El otro factor es la EC(electro conductividad), si no partimos de un agua con bastante pureza, tendremos problemas. Existen fertilizantes para agua dura y para agua blanda, pero siempre partiendo de una ec inferior a uno. Si no disponemos de estas pureza debemos utilizar filtro de osmosis para rebajar las sales u optar por la tierra que permite un poco mas de margen en este apartado.

Si utilizamos cestas con arlita (arcilla expandida), debemos limpiar y corregir el ph inicial que suele traer, muy alto. Las limpiaremos a conciencia y dejaremos sumergidas en agua con ph corregido por lo menos veinte cuatro horas antes de su utilización.

Si no hacemos este paso bien, veremos como una y otra vez el ph tiende a subir. Generando un estrés innecesario a los clones. También se hace necesario utilizar por lo menos durante el invierno, un calentador de agua, para asegurarnos que la temperatura no baja excesivamente. Como lado positivo de estos sistemas si hacemos todo de modo correcto, obtendremos clones en tiempo récord con unos sistemas radiculares sin rival ideales para florecer en sistemas del mismo tipo.



Realicé una prueba, corte las mitad de los clones de la parte inferir de la planta madre, los mas tiernos que pude. La otra mitad los corté de la parte superior, con tallos mucho más gruesos y desarrollados, los puse en la misma bandeja con igualdad de condiciones, el resultado fue que todos los inferiores enraizaron antes, aproximadamente un treinta por ciento más rápido que el resto.


Iluminación para mantenimiento y vegetativo:


En este apartado las lámparas de halogenuros metálicos son la pieza ideal, aunque emiten menos lúmenes por vatio que los sodios, al ser un espectro especifico su efectividad es mucho mayor. Podemos crecer o enraizar con hps, pero estaremos desaprovechando muchos vatios y en algunos casos puede producir estrés. Los HM producen una distancia entre nudos más corta que siempre es algo deseable.

Si entremos a floración con plantas débiles, mal seleccionadas o enraizadas, estaremos dando un primer paso crítico. Si por el contrario somos pacientes y dedicamos mimo a esta fase, estaremos dando el primer paso a recoger buenos cogollos. Un par de semanas de crecimiento bajo HM suelen ser suficientes para un mar verde, dependiendo de la genética.

Los leds son estupendos para el mantenimiento de las madres, al tener una temperatura tan baja no hay que estar con la preocupación de que se quemen las hojas y como hemos comentado antes, nos favorece tener un crecimiento restringido en invierno. La utilización de fluos es similar a los leds, pero menos efectivos a igualdad de vatios y largo plazo.




Las madres y el verano:


Cada verano todo los que guardamos madres sufrimos horrores para mantenerlas, pero no es escusa para perderlas, aunque no muestren su mejor aspecto a temperaturas elevadas, de treinta y cuarenta grados, las plantas aguantan. Lo que hay que conseguir es llegar a esa época del año con unas plantas totalmente impolutas, por eso el momento ideal de atacar la araña roja es en invierno y el oidio en verano, al revés de lo que suele hacer.

Normalmente esperamos a ver la plaga o la infección para actuar, pero una vez que hemos tenido araña roja la probabilidad de que desaparezca por completo es remota. Al igual que el oídio, sus esporas pueden sobrevivir a casi cualquier medio y circunstancia, prolongados espacios de tiempo. Hasta que todo sea propicio y volver a activarse.



Por eso hemos de aprovechar su ponto débil, en el caso de las arañas la baja temperatura y el aumento de humedad que conlleva el invierno, para eliminarlas. Porque en agosto el que lo ha intentado, ya sabe lo que pasa…ganan ellas. La guerra biológica utilizando depredadores naturales es interesante, pero se debe introducir al menor indicio y tener en cuenta que luego no podremos pulverizar pesticidas pues eliminaríamos la fauna beneficiosa como efecto colateral. Así que hay que conseguir rápido un buen equilibrio.

Yo lo que hago es una vez al año con bermectine y prodimenol25 pulverizo exhaustivamente los cuartos de cultivo y las madres, son químicos, que no es algo que me guste especialmente aconsejar, pero si queremos efectividad es lo que hay. Os aseguro que donde cae el prodimenol25 desaparece el oidio y no se vuelve a colonizar.

Cuando utilizamos estos productos hay que ser respetuoso con los plazos de seguridad que indica el fabricante y a poder ser extenderlos un par de semanas. En madres o crecimiento no hay problema, pero en floración solo los aplicaremos si justo acaba de empezar, si está avanzada olvidadlo por completo.

Otra cosa con la que tenéis que tener cuidado es si tenéis mascotas con costumbre de comer hojas, como hace mi gato, tenéis que evitar que ningún animal domestico se acerque a la zona tratada dentro del plazo de seguridad. Cuando pulverizamos corremos el riesgo de inhalar partículas, así que es aconsejable que os pongáis una mascarilla para este tipo de desinfecciones.

Hay muchos extractos naturales como el neem, pero estos son útiles como preventivos, una vez el problema está instalado solo serán paliativos.



Selección de la madre:


Éste es uno de los temas más complicado de aconsejar, cuando he compartido genéticas con amigos lo que a algunos les parece lo mejor del mundo para otros no vale nada, con esto quiero decir que el criterio de selección es abierto y depende de nuestro gusto.

Mi consejo es que guardéis variedades que realmente se distingan de las otras, no le veo sentido a mantener media docena de plantas dulces, por ejemplo, o media docena de inciensadas. Seleccionaremos la de sabor más pronunciado y en caso de no ser distinguible, la que tenga mayor vigor o producción dentro de esas cualidades.

Lo que si tenemos que evitar son plantas con rasgos hermafroditas, si una planta a sacado flores macho aunque sean pocas y puntualmente, es una planta que nos puede arruinar un cultivo. Unas pocas flores macho pueden polinizar a todas las hembras de su alrededor y crear cientos o miles de semillas. Hay pocas cosas más desagradables que tener que estar quitando media docena de semillas a cada porro o el olor que desprenden cuando se te cuela una y llega la combustión a ella.



Cada día hay más bancos de semillas y una mayor oferta de genéticas, pero la realidad es que también es más complicado encontrar cosas concretas e interesantes, saber en qué semillas depositar nuestro tiempo y capital no es tarea sencilla. Mi consejo es que leáis y os informéis antes de dedicar meses de esfuerzo a algo que puede ser desde el inicio lo que no buscáis.

Por eso es tan importante que guardéis un clon de cada planta que cultivéis y que no lo perdáis hasta haberla cosechado, secado, curado y fumado, porque podría ser una genética maravillosa y no volverá a pasar por vuestras manos, yo prefiero no cultivar una planta antes que hacerlo y no poder guardar un clon.

Autor: Mr. X
Fuente: http://cannabis.info

Opiniones


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jorgito74
jorgito74 - hace 9 años

Me parece muy buena información y seguramente voy ha hacer esquejes de mis plantas.
:grin:

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Luis
Luis - hace 6 años

Solo se puede realizar mediante esquejes de planta madre?

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